Nuestras casas han evolucionado con el pasar del tiempo. Generación tras generación nuestros roles han ido cambiando, y así la forma de habitar el espacio.
En esta era pos pos moderna, llamémosla era covid, los cambios sociales saltan a la vista. Cuando nos ponemos a pensar en la cocina que queremos vs la que necesitamos, se hace notorio la necesidad de cambio. Si bien la modernidad nos permitió salir de la cocina, lo que transformó la vida domestica. Hoy algunos tenemos la necesidad de amigarnos con esos espacios. Cocinar ya no es una obligación, sino una decisión. Y cómo tal, podemos decidir que tipo de cocina queremos.
Cristina decidió reformar su cocina, porque quería revalorizar su inmueble, y adaptarla a ella, pero sobretodo, quería amigarse con ese espacio de servicio e incorporarlo a los espacios de disfrute de su casa.
El resultado es una cocina colorida donde dan ganas de estar y cocinar, con más guardado, aroma a café y un horno nuevo que pide a gritos sus brownies.